Para este proyecto, diseñamos una planta con volúmenes aislados y dispersos a lo largo de 10 hectáreas en el Valle de Guadalupe. El objetivo del proyecto es plasmar, aplicando el lenguaje brutalista, un jardín escultórico en donde la arquitectura marida naturalmente con los viñedos.

Cada estructura monolítica, entintada naturalmente con el pigmento del hollejo resultante del prensado de las uvas dentro del proceso de vinificación, cuenta con una personalidad única que en conjunto van guiando al visitante a través de los viñedos mientras recorre cada uno de los espacios. Con este proyecto, se convierte a la casa vinícola en una referencia arquitectónica y en una visita obligada para los turistas del Valle de Guadalupe.

Architecture Proposal
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